viernes, 22 de abril de 2016

UN DÍA DE ENTRENAMIENTO. Deportista masculino.

El despertador suena cuando la luz del Sol comienza a dibujarse en el horizonte y entra a través de las ventanas de esta casa nueva, en una urbanización de lujo de las afueras de una gran ciudad española.
No hay tiempo que perder, a media mañana tengo que estar a la Ciudad Deportiva para la primera sesión de entrenamiento de hoy.
Encuentro en el armario la camisa de Artani, marca para la que hice la última campaña publicitaria. Seguro que si me la pongo hoy, con los periodistas y las cámaras esperándome en el campo, la marca de ropa queda contenta y mi representante tendrá más posibilidades de renovar mi contrato para una nueva tirada de anuncios publicitarios. Mejor dejarla sobre la cama hasta que desayune, no sea que se manche.
El desayuno...como extraño una buena bandeja de pasteles, pero no puedo. En la puerta de la nevera tengo la dieta de cada día. Estamos a mitad de temporada y la dieta que tengo que seguir ha de ser estricta para mantener un rendimiento óptimo. Además, la prensa saca de donde sea, a Guárez le empezaron a enfocar planos de cámara de su vientre y espectadores aún más gordos que él comenzaron a llamarle gordo...En fin, es el precio que pago por estar donde estoy y ser el mejor.
Sigue una ducha y un buen rato arreglándome para salir impoluto a la calle...sí, el espejo me devuelve una imagen casi igual o mejor que la que consiguen los publicistas de Artani. Seguro que quedan bien contentos.
Es hora de irse, el viaje en coche sirve para relajarme, y para sonreír a los conductores de los coches de los lados cuando me reconocen, aunque seguro que nunca paso desapercibido con este Ausdi.
Llego a la Ciudad Deportiva, ya hay gente esperando para vernos pasar, es increíble que con el frío que hace ya estén aquí. Después creo que pararé a hacerles un poco de caso.
En el vestuario, hay algunos compañeros comentando las últimas noticias de la prensa referidas a la barriga de Guárez. Se ríen de los periodistas gordos que redactan las noticias,...ya les gustaría a los periodistas ser como Guárez. En cualquier caso, tanto para unos como para otros, mejor que se pongan a entrenar y dejen de hacer el ridículo con esas pintas.
Toca salir al campo,, ya va siendo hora de moverse...ya estamos...ya estamos otra vez... otra vez el entrenador ha traído chavales del equipo filial. Espero que no me toque hacer los ejercicios cerca de ellos: balón que les pasas, balón que pierden. En el deporte, el rendimiento es lo más importante: no hay lugar para los que no valen. Un grupo de compañeros ríe, en el campo contiguo entrena el equipo femenino y parece que no saben darle a la pelota. Lo que decía...ellas tampoco valen.